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El Camino de Santiago que sale desde Tarragona y pasa por la Conca ha sido bautizado como el Camino de San Jaime, un recorrido repleto de cultura que cuenta con un enorme legado de alto valor ecológico. La fusión perfecta entre naturaleza y edificaciones creadas por el hombre, mostrando que es posible tenerlo todo sin poner en peligro nuestro entorno.

Una puerta abierta a la peregrinación

Aunque no hay un consenso acerca de si este camino fue muy importante o simplemente uno más en la peregrinación hacia Santiago de Compostela, de lo que no hay duda es de que la comarca fue zona de paso para muchos viajeros, tanto por este como por otros senderos que atraviesan Cataluña en su recorrido hacia Galicia.

Muestra de ello es la cantidad de iglesias y pueblos que llevan el nombre de San Jaime, nombre que recibe Santiago por esta zona y que se dice que pasó por el territorio de Hispania en el siglo I, antes de ser ejecutado muy lejos de aquí.

Un camino que son muchos caminos

En realidad, como hemos dicho, no hay una ruta limitada que indique cuál fue el recorrido original del camino. En realidad había varias alternativas, y no se conserva registro ni mapa que pueda señalar por dónde pasaban los peregrinos.

Al aprovechar las calzadas romanas durante la Edad Media, es normal pensar que fueron estas las que utilizaron los caminantes para pasar desde los pirineos hasta Santiago. Un entramado que no pudo competir con el Camino Francés.

Todos parecen coincidir en varios puntos que conectan el camino de San Jaime. Desde Narbona y Perpignan pasando por Montserrat a Lérida. A su paso por las diferentes poblaciones, los peregrinos seguro que visitaron las tumbas de los santos que descansan en cada lugar, donde se construyeron santuarios que todavía se conservan.

Todo ello, unido a un cuidado por mantener la belleza natural de las distintas rutas, ha dado como resultado el camino de San Jaime moderno, un recorrido con varias alternativas, por las que se puede caminar disfrutando de paisajes de gran valor ecológico, edificaciones históricas y pueblos mágicos en los que parece que el tiempo se ha detenido

Un gran atractivo natural

A lo largo del camino, podemos encontrarnos con una tierra llena de contrastes. Desde viñedos y cultivos que se han mantenido por siglos y que sirven como telón de fondo para rutas gastronómicas y enológicas, hasta paisajes de alta montaña, pasando por fauna y flora de todos los tipos, como la mediterránea o la alpina, que incluye algunas especies protegidas por estar en peligro de desaparecer.

El Camino de San Jaime es por tanto un tesoro para quienes disfrutan de dar paseos tranquilos, buscando el modo de fundirse con la tierra de la que salimos hace miles de años. Además, es una gran oportunidad para caminar con niños y enseñarles a amar la naturaleza.

Destino gastronómico

Cataluña es una tierra llena de historia y tradición, que se ha trasladado también a la gastronomía. Aunque es un ejemplo de alta cocina de vanguardia, también lo es de platos típicos elaborados con productos de la tierra. Lo que se ha venido a llamar Slow Food, y que recuerda sabores de antes.
Además, la ruta pasa por algunas zonas de viñedo, donde se elaboran vinos de gran calidad y cavas. Sin olvidar los olivares, de los que se extrae ese oro líquido que es tan apreciado en todo el mundo.

Por ello, al recorrer la ruta se pueden programar visitas a algunos lugares de interés gastronómico como bodegas y almazaras, conventos en los que se pueden encontrar dulces típicos cuya receta se remonta a la Edad Media y mucho más. Una forma más que interesante de reponer fuerzas y disfrutar del viaje.

El turismo activo en el Camino

Además de poder hacer la ruta a pie, a caballo o en bicicleta, hay muchas actividades de aventura que se organizan a lo largo del camino. Algunas acuáticas como el descenso en aguas bravas o el barranquismo, otras por aire, como un paseo en globo o subir a un ala delta, y otras algo más tranquilas pero igual de emocionantes.

Más allá del sentimiento religioso

Aunque es evidente que Camino de Santiago o de San Jaime como se le denomina por estas tierras evoca un sentir religioso, y que es esta la razón de ser de su origen, hoy no se trata únicamente de una ruta reservada para quienes buscan la espiritualidad, sino para quienes quieren disfrutar de la historia, la cultura y el arte, así como de un legado natural innegable y muchos otros atractivos.
El Camino de San Jaime es un destino abierto a todos, que incluso tiene rutas adaptadas para quienes tienen necesidades especiales de accesibilidad. Una experiencia que se puede disfrutar en solitario, en familia o como parte de un grupo.